El gobierno podía haber esperado al juicio de Otegui cumpliendo el ministerio fiscal la labor que nuestro Estado de Derecho le asigna que es la de perseguir el delito y acusar. Después en caso de salir condenado, como parece claro, el gobierno podría haberle indultado a Otegui para jugar a “mira que amiguitos tuyos somos a ver si convences a tus amigos que dejen de matar y puedo ganar las elecciones” pero no lo hizo, mando a su correveidile al Fiscal General del Gobierno (Eligio Hernández 2) a hacer lo que le conviene al gobierno y no al Estado de Derecho, acudiendo después como es usual a la mentira, a la negación de la evidencia, a la desvergüenza y el descaro, para intentar adormecer a las masas, especialmente a las propias.
Lo del voluntarismo hacia el gobierno que lo nombra del fiscal es un "deja vu" de todos los gobiernos, pero algunos les madan hacer inmundicias peores que otros. Zapatero no solo es un becario se ha convertido en un presidente indigno.
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